Es el proceso necesario para mantener la mayor estabilidad y corrección de los ángulos de la geometría de la suspensión y dirección. Esto asegura mayor estabilidad en la conducción del vehículo obteniendo mayor seguridad, confort, desarrollo y prolongación de la vida de las llantas, en definitiva, se asegura de que las llantas trabajen de forma paralela y que tengan contacto en el ángulo adecuado para un mayor rendimiento.